Los cuestionarios de satisfacción, que cumplimentan los trabajadores que asisten a un curso de formación, permiten obtener una rica información del impacto inmediato que ha tenido dicha formación en los asistentes.

Los últimos cambios normativos se encaminan a que las empresas sea conscientes y propicien la medición del impacto de la formación, tal y como se indica en el siguiente apartado extraído de la Ley 30/2015:

“… se introduce un compromiso de evaluación permanente y en todas las fases del proceso formativo. El énfasis de la evaluación se sitúa en la calidad y el impacto real de la formación, en términos de mejora en el desempeño en el puesto de trabajo… Serán estos resultados los que permitan mejorar la toma de decisiones acerca de la adecuación de las acciones formativas a las necesidades…”

Recomendamos por tanto dar un primer paso con la medición del impacto de la formación, por medio de la explotación de los cuestionarios de satisfacción, obteniendo así al menos la primera impresión de los profesionales en relación a la formación que acaban de recibir, y evaluar así, si hemos tenido éxito en la elección de ese curso para ese grupo de profesionales, y actuar o tomar decisiones en consecuencia del resultado.